Vino tinto cosecha 2017 - botella 750 ml.

Franschhoek, Sudáfrica - variedad 69% syrah, 13% grenache noir, 9% cinsault, 8% cabernet sauvignon y 1% viognier

Bodega Boekenhoutskloof

El efecto de la sequía ahora se ha vuelto aún más evidente, hace que las fechas de recolección sean cruciales para asegurar la mejor calidad de fruta. Por lo tanto, el tiempo pasado en el viñedo fue esencial para garantizar una recolección oportuna a una madurez fenólica óptima. Con rendimientos inferior a lo habitual, la calidad fue excepcional con bayas muy concentradas y un análisis natural sorprendentemente bueno. Los viñedos de Swartland son famosos por su pizarra y suelos graníticos, creando tensión y vitalidad en el vino. La garnacha fue madurada en barricas de 600 litros para retener sus inconfundibles aromas frutales y una pronunciada frescura. El vino madura en barricas de roble francés de segundo y tercer relleno, así como 2 foudrés de roble francés de 500 litros durante 12 meses antes de someterse a una ligera clarificación y filtración de clara de huevo. La nariz es densa y melancólica, pero opulenta, con su compota de ciruelas oscuras, maduras y moras y atractivos aromas de regaliz, violetas, cacao y menta. La fruta negra y el perfume de la nariz siguen a través de un rico y sabroso paladar con sabores de cereza oscura, grosella roja, aceitunas negras y carne curada. Los taninos finos y esbeltos están en perfecto equilibrio con la acidez del limón, lo que le da complejidad al paladar medio. El vino tiene mucho cuerpo con una sensación en boca rica y suave. El final es largo y carnoso, con toques de cereza marrasquino, aceitunas y tabaco dulce. Un vino para beber en estos momentos, podremos mantener en botella 10 años más con nuevos matices y sensaciones.